17.5.06

por Javier de Obeso

Todos somos Edgar

El siguiente escrito consiste en una serie de reflexiones sobre el tema que, inesperadamente, ha captado la atención de aquellos que tenemos acceso al correo electrónico y a la web aquí en México. Me refiero al caso de Edgar, el niño que aparece en el video que ya le dio la vuelta al mundo: http://www.edgarsecae.4t.com/index.htm. Para los que no lo han visto, trata sobre una secuencia en la cual dos niños están cruzando un río pasando sobre unos troncos. El niño que pasa hostiga a Edgar, el cual lanza toda una letanía de imprecaciones y súplicas que al final resultan inútiles. El otro niño le mueve uno de los troncos, provocando que el otro pierda el equilibrio y caiga al río, que entre paréntesis parece ser de aguas negras.

Las humillaciones a manos de los compañeritos son una de las grandes fuentes de estrés para los niños y niñas desde tiempos inmemoriales. En mi caso personal, siendo de naturaleza más bien callada, siempre estaba en el filo de la navaja en esas cuestiones. No sé qué piensen ustedes, pero la primaria puede ser un lugar brutal. El mismo candor que tanto alabamos en los niños también se traduce en una gran capacidad para ejercer la crueldad física y psicológica sobre los compañeritos más débiles. Tal vez la causa de este comportamiento se puede originar en un miedo subconsciente a ver reflejado en esos niños (el que usa lentes, el que tartamudea, el gordito, etc.) lo que más nos aterra.

Lo que más me llama la atención de este fenómeno de Edgar es cómo la humillación pasa del plano privado (o semi-privado porque seguramente los pedacitos de mierda amigos de Edgar se asegurarían de que toda la escuela supiera de este episodio) al plano público. Peor aún, existe un testimonio audiovisual inmutable, el cual ha sido manipulado (tal vez sin esa intención) para continuar la humillación ad nauseam.

¿Por qué hemos respondido con tanta intensidad a este video? En mi caso puedo decir que es porque el acento, la situación, los personajes, todo me recuerda a mi infancia. Ciertamente de niño yo también hablaba así y tampoco faltaba el pasado de verga que te hacía banquito o calzón chino. Pero la madreada tenía una vida finita, duraba hasta que a otro pobre pendejo se lo madreaban y así pasaba a ocupar su lugar en esa larga cadena de humillaciones de la que se construye (o destruye) la psique infantil-preadolescente. Creo que el video apela a ese niño malora que todos llevamos dentro. Aunque la respuesta de los dizque fans parece positiva, la verdad es que el verdadero disfrute está en perpetuar la madreada del chavito este.


Supongo que este fenómeno de "Edgar se cae" es una muestra del zeitgeist contemporáneo. En una cultura tan altamente visual y, sobre todo, donde la difusión de las imágenes alcanza velocidades sorprendentes, las actividades que antes considerábamos penosas o humillantes ahora se celebran ruidosamente. Algo parecido sucede con las páginas de internet de Diego Santoy.
Creo que aquí aplica muy bien lo que decía Morrissey: "In our lifetime those who kill, the newsworld hands them stardom". En este caso la muerte sería la de la dignidad del consabido e hipermadreado Edgar.

Semateka B es un colectivo de personas interesadas en expresar su visión sobre sí mismos, los escenarios que pisan, los universos que violentan. Semateka B es principalmente un grupo de amigos y conocidos poniéndose al tanto entre ellos mismos sobre sus vidas. Semateka B debe ser siempre una práctica fundamentamentalmente libre, sin censura.

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